La universidad socialista de Nuevo León

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La universidad socialista de Nuevo León

Nuevo León es y ha sido, por muchos años, una entidad que ofrece innumerables puertas de acceso a la educación.  Gracias a ese esfuerzo sostenido, el sistema educativo del estado  destaca en el país.

La Universidad Autónoma de Nuevo León es una de sus más importantes instituciones y del noreste de la República. Pero no siempre fue así, pues en sus orígenes pasó por momentos difíciles que propiciaron el cierre temporal de la institución para establecer una Universidad Socialista. Esta es la historia.

La universidad socialista de Nuevo León

Por Juan Roberto Zavala.

Nuevo León es y ha sido, por muchos años, una entidad que ofrece innumerables puertas de acceso a la educación.  Gracias a ese esfuerzo sostenido, el sistema educativo del estado  destaca en el país.

 

La Universidad Autónoma de Nuevo León es una de sus más importantes instituciones y del noreste de la República. Pero no siempre fue así, pues en sus orígenes pasó por momentos difíciles que propiciaron el cierre temporal de la institución para establecer una Universidad Socialista. Esta es la historia. 

En el año 1934 el país vivió una época de fervor socialista y anticlerical que propició la modificación del artículo tercero, aprobando el Congreso de la Unión la educación socialista. El cambio de poderes a nivel federal ocasionó un reacomodo de las fuerzas políticas, provocando en Nuevo León la renuncia del Gobernador Francisco A. Cárdenas, forjador de la Universidad.

En su lugar quedó el licenciado Pablo Quiroga, quien designó como Rector de la Máxima Casa de Estudios al doctor Ángel Martínez Villarreal, partidario de crear una universidad socialista en Nuevo León.

Los estudiantes universitarios reaccionaron de inmediato contra esa tendencia y mostraron su desacuerdo en la ceremonia de inicio de cursos, celebrada, el 13 de Septiembre de 1934,  en el antiguo Teatro Independencia.

Es memorable el discurso que pronunció un joven estudiante de esa época,  que destacaría después en el campo de las letras y la política de la entidad: Raúl Rangel Frías

Rangel Frías estudiaba en la Escuela Nacional de Jurisprudencia y en esos días vacacionaba en esta su ciudad natal.  Brillante estudiante del Colegio Civil e impulsor de la fundación de la Universidad de Nuevo León, desde la trinchera estudiantil, el joven Raúl aprovechó la ocasión para expresar, en un vibrante discurso, su oposición a la creación de la Universidad Socialista.

Entre otras cosas mencionó que “quienes detentan el poder no son en México, país de estructuración de clases, los no poseedores. Y cuando el gobierno intenta fabricar una Universidad Socialista, estan  convencidos de dos cosas: primero, que está falsificando las efectivas ideas de la transformación social que mueven al proletariado y segundo, que la universidad socialista es un ente imaginario e inofensivo para el capitalismo”

“Contra ese inevitable destino de la orientación social de la universidad se levanta la pretensión socialista, queriendo moldear estudiantes que reciben de una sociedad capitalista la exigencia de una tarea determinada para un mundo proletario que sólo vive en la imaginación de estos apóstoles advenedizos. No queremos decir que el hombre sea incapaz de acoger un destino revolucionario, sino que la universidad, como institución social, no puede a la vez aceptar y rechazar, ser sierva y enemiga de un mismo sistema social. Es ésta la fantasía más cruel e hipócrita de un trópico exuberante en demagogias y caudillajes”.

Terminó su discurso pronunciando, ante estudiantes, maestros y autoridades estatales y universitarias con una invitación a los jóvenes, “es preciso que centremos toda nuestra tenacidad en defender los organismos estudiantiles, para defender el destino universitario. Si no hubiéramos descuidado esto no tendríamos que soportar que, primero, nos diesen una organización defectuosa y torpe con el nombre de Universidad, y ahora, una ridícula institución que antes de ser universidad ya es Universidad Socialista”.

Posteriormente los disturbios se acrecentaron. El 26 de Septiembre  los estudiantes se apoderaron del Colegio Civil, sede de los poderes universitarios. Dos días después, el 28, el Gobernador expidió el decreto número 87 mediante el cual el Congreso local dejó sin efecto la Ley Orgánica de la Universidad, de 31 de Mayo de 1933. Un día después las tropas federales destacadas en la zona militar de Nuevo León ocuparon el edificio, desalojando a los inconformes. Así terminó la primera etapa de esta institución, al extinguirse después de 16 meses de vida.

El citado decreto facultó al Ejecutivo Estatal para utilizar en beneficio de “las clases proletarias” y de la reorganización de la educación universitaria, las partidas destinadas a la Máxima Casa de Estudios; pero además, el Estado quedó en posibilidades de aplicar todos los recursos, incluidos los bienes muebles e inmuebles, para la creación de la Universidad Socialista de Nuevo León.

De inmediato inició el Gobierno del Estado los preparativos para fundar la ansiada Universidad Socialista. El 3 de Octubre se integró una comisión organizadora compuesta por cinco prominentes socialistas, misma que fue presidida por el doctor Ángel Martínez Villarreal. Dos días antes, el día primero se constituyó la Federación de Estudiantes Socialistas (FES), organismo oficialista que pretendía, según sus estatutos, difundir la doctrina socialista en todo el Estado.

El 5 de Noviembre de ese año se abrieron de nuevo las puertas de las aulas universitarias. La comisión organizadora de la Universidad Socialista había concluido sus trabajos y determinó fundar un Instituto de Orientación Social que iniciaría su funcionamiento junto con las demás facultades. Este instituto estaba encargado de impartir las materias básicas del socialismo, como “Historia del Movimiento Revolucionario”, “Derecho Mexicano Revolucionario”, “Historia de las Religiones”, etc. Algunas materias incluían temas controvertidos como “Tácticas de Lucha”. Los alumnos que desearan inscribirse en cualquiera de las facultades o escuelas de bachilleres tenían que afiliarse a la FES.

En el Estado crecieron las dificultades políticas e ideológicas. La Universidad Socialista no inició su formal funcionamiento, aunque la tendencia general en las escuelas era el marxismo, tal como lo marcaba la comisión organizadora. Numerosos estudiantes protestaron por esa mutilación de las libertades en la Universidad que, como su nombre lo indica, debe dar cabida a todas las corrientes políticas e ideológicas.

Días después, Monterrey fue sede de un congreso nacional organizado por la Confederación Nacional de Estudiantes que concluyó, a pesar de los obstáculos y agresiones de la FES, pues dos estudiantes perdieron la vida en un atentado perpetrado con alevosía y contando con la protección oficial del gobierno estatal.

Los trabajos concluyeron con una protesta contra la educación socialista, una demanda en favor de la libertad de cátedra y en contra de monopolio estatal en la educación.

Dada las complicaciones universitarias, por los motivos explicados y la conmoción política causada por un escandaloso fraude electoral cometido por el callismo contra el Gral. Fortunato Zuazua, el Gobernador Quiroga decidió  cerrar el capítulo  de la Universidad Socialista sin determinar siquiera su apertura oficial por decreto, pues aunque se cree que estaba ya preparado, nunca se publicó.

En su lugar el Gobernador creó, por decreto, el Consejo de Cultura Superior, un organismo encargado de velar por la educación universitaria, que estaría en vigor hasta 1943, año en que se reabrió la Universidad de Nuevo León, con una nueva ley  orgánica.