El principito traducido al Otomí

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Por Juan Roberto Zavala.

Con beneplácito se ha recibido en los medios literarios y educativos del país y seguramente en los de otras naciones, la noticia de que la obra, ya clásica, de Antoine de Saint- Euxupéry, El Principito, se ha traducido de su idioma original, el francés, al otomí, convirtiéndose en la primer obra no escrita en español, que se traduce a lengua indígena. 

Esta obra fue editada en la llamada lengua “hñahñu”, la lengua de los otomíes, por el Liceo Franco Mexicano, el Centro de Documentación “hñahñu”, el Instituto Humboldt, la Embajada de Francia y otras instituciones, habiéndose hecho un tiraje de 2 mil ejemplares, con 95 páginas y con los dibujos con los que se publicó la obra por primera ocasión, en 1943.

A decir de los promotores de esta iniciativa, su traductor el profesor Raymundo Isidro Álvarez y el antropólogo francés Jacques Galinier, experto en estudios otomíes, se eligió esta obra por ser de carácter universal, tener una riqueza intelectual impresionante y ser relativamente fácil de traducir.

Además, agregaron, el otomí es la quinta lengua indígena más hablada de México, estimándose una población entre 350 y 360 personas, en varios estados de la República; por lo que estamos comprometidos con su pueblo y su idioma, porque “ si desaparece un idioma desaparece una cultura, se diluye”.

Como ya se han traducido al otomí algunas obras escritas en español como “ El llano en llamas”, de Juan Rulfo y se está preparando “El Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes, para niños, siguió diciendo el antropólogo Galinier, “ se está estudiando traducir al francés algún libro escrito originalmente en otomí  y recordó que es un pueblo muy introvertido debido a la marginalización que ha sufrido desde tiempos prehispánicos”.

Dado que la obra fue seleccionada por su carácter universal y la promoción de valores, vale la pena recordar la asociación que tienen todos los pasajes de ella a nuestra vida cotidiana, como el sentimiento de soledad que por la incomprensión embargó al  piloto de aviones durante su infancia, lo que le impedía comunicarse con los mayores y no le permitió llevar a cabo su vocación de dibujante.

O como aquel otro  donde habiéndose terminado las provisiones de agua y sedientos buscan desesperadamente una fuente o un pozo , que casualmente encuentran en el desierto, y al encontrarla el principito reflexiona sobre lo poco que hace falta para ser feliz.

La obra hace una clara crítica a la sociedad en general, al presentar comportamientos fuera de los valores y principios que deben construir nuestra vida y guiarnos en las relaciones con los demás, como la ambición política, la falta de voluntad, la vanidad y el egoísmo del hombre, así como la avaricia y la ambición económica.

Narrada como las aventuras de un niño que viene de un lejano planeta, va contando lo que ha encontrado en los seis planetas que visitó antes de llegar a la tierra y encontrarse con el aviador, la serpiente, el guardagujas y el comerciante.

De propósito mencionamos al final al zorro, pues éste es uno de los personajes más importantes, ya que  le enseña la importancia del amor y la amistad.

Es con él uno de los más famosos pasajes, pues el zorro anhela ser domesticado y se hace amigo del principito. Al contarle sus ideas sobre la vida, el zorro lo anima y le dice que “ su rosa sí es la única en el mundo y en el universo, porque es su rosa y eso la hace diferente, agregando una de las más conocidas frases de la obra “No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”

Vaya,  pues, nuestra felicitación a los promotores de tan bella idea, que esperamos se multiplique  en beneficio del pueblo otomí, de México y de la humanidad misma.